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El hombre es un ser eminentemente social. La identidad de cada uno de nosotros se constata frente a la del otro; en este sentido, es posible el ‘yo’ porque enfrente hay un ‘tu’ que lo reconoce. En ese instante nace la comunidad, cuyo único fin es la vida plena sumida en el bien. La política, en efecto, no surge sólo como una herramienta para organizar la vida en común, sino que fundamentalmente para asegurar el bien de todos y cada uno de los miembros de la ciudad. Así, el bien común garantiza el desarrollo integral de la persona de acuerdo con su estatuto ontológico. Leer el resto de esta entrada »

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Desde mis tiempos de estudio de filosofía en la Universidad de Navarra permanece en los archivos de mi memoria la definición ‘el hombre es una sustancia individual de naturaleza racional’ que ofrece Boecio en “Liber de persona et duabus naturis, Contra Eutychen et Nestorium”. ¿Qué entendemos por sustancia individual? Con este concepto filosófico se resalta la individualidad de la persona, la incomunicabilidad de su ser; es decir, lo que está-en-sí y no en-otro. El ser humano, el sujeto Sócrates, es único. Leer el resto de esta entrada »

 

El rotativo La Tercera informa que el pasado 21 de marzo Colo Colo abrió las puertas del Estadio Monumental con el fin de que la Garra Blanca, una de los grupos de hinchas más violentos de Sudamérica, pudiera despedir el féretro de uno de sus miembros, Gustavo Wilson Vera, poseedor de un dilatado prontuario delictivo. Sin duda, se trata de un acto surrealista, al menos para alguien más acostumbrado a seguir el fútbol europeo, donde prácticamente se ha puesto fin a la presencia de estos grupos violentos en los estadios. Leer el resto de esta entrada »

 

El momento histórico en el que vivimos, caracterizado por la recesión económica y la crisis migratoria, es aprovechado por los populismos que exhortan a hacer la revolución contra las élites imperantes en vistas a alcanzar la soberanía popular. Esta relación de antagonismo que se pretende generar entre la sociedad y las élites, en las que se buscan formas directas de democracia que den respuesta a las auténticas necesidades de las personas, hace que los ciudadanos, en especial los más lozanos, sean susceptibles de padecer adoctrinamiento por parte de líderes de masas. Leer el resto de esta entrada »

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¿Puede entenderse la vida humana y su incondicional dignidad que recogemos en los derechos humanos sin reconocer la personalidad del sujeto biológico que la sustenta? ¿El ser humano es humano desde su fecundación, es decir, desde el momento en que puede entenderse como sujeto biológico que participa de las propiedades características de la especie humana o sólo lo es cuando jurídicamente ocupa una posición social? El hombre no es nunca el producto de la elaboración filosófica de las distintas concepciones que pueden existir, sino que más bien es un fin en sí mismo que se sustenta sobre la fase de su autonomía biológica. Desde el punto de vista antropológico y ético el ser humano goza de una dignidad esencial, la propia del hombre, al margen de toda circunstancia jurídica o caracteres vitales. Así, siguiendo a Kant, la persona es un imperativo moral en cuanto que es un fin en sí mismo, por el hecho de pertenecer a la especie ‘homo sapiens’, que no puede ser de ningún modo instrumentalizado en pos de ningún supuesto derecho ajeno. Leer el resto de esta entrada »

¿Ciudadanía universal?

Publicado: 17 noviembre, 2014 en Pensamiento

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Con este escrito me dirijo a mis lectores, que no sé muy concretamente quiénes son, pero que junto a mí constituyen esa realidad biológica y ontológica denominada humanidad, la cual, sin teorías ni abstracciones, se realiza – la humanidad de cada uno de mis lectores – en la atmósfera de una determinada nación. El motivo de mi exposición son las palabras del señor Claudio Magris recogidas en el rotativo ‘La Vanguardia’, las cuales hablan del nacionalismo como un mal que se contrapone a esa metanacionalidad que es el ser ciudadano del mundo, sin más patria que la misma humanidad que se comparte con los miembros de la especie.

El señor Magris sueña “con una Europa que se convierta en un Estado verdadero” y tiene motivos razonados y razonables para aspirar a ello, pues, sin ánimo de engañarnos, las naciones y estados que constituyen Europa poseen un acervo sociocultural bastante común, como es la cultura judeocristiana y romana. Es cierto que puede hablarse de costumbres y usos europeos, pero los Estados Unidos de Europa son una fantasía en tanto que la existencia de “un Estado federal y descentrado en el que cada región tenga la autonomía necesaria a sus particularidades y exigencias” resulta inviable, y el ejemplo más claro es el centralismo exacerbado de Castilla, para la cual sólo hay una nación. Leer el resto de esta entrada »

Decíamos que la desobediencia civil sin violencia, que evita el daño directo a terceras personas, busca la justicia social sin desmarcarse del amor por la ley y la democracia, pues estos son los instrumentos que deben garantizarla. Así, en vistas al bien común, esta desobediencia se dirige al conjunto de los ciudadanos para demostrarles que los derechos humanos no son respetados por el Estado, y a éste último para que recapacite por sus políticas erróneas y reforme la ley. Así, el sentido de justicia y el bien común son los principios fundamentales que rigen y justifican la desobediencia civil en un estado democrático y la advertencia de que estos principios no se respetan su motivo de ser.

Los fines de las instituciones políticas democráticas son la justicia y el bien común así como la eficiencia y la eficacia para que se logren las condiciones sociales necesarias para que esas sean una realidad que se traduce en el reconocimiento y respeto de la incondicional dignidad de la persona y el desarrollo de los proyectos personales de los ciudadanos, sujetos racionales que gozan de igual libertad. El deber de éstos en cuanto que ciudadanos de un estado democrático es de respetar a estas instituciones y cooperar con el objetivo de que alcancen ese fin que es de interés general. Leer el resto de esta entrada »

Si bien la línea que conduce a la xenofobia es angosta, una crítica a las acciones realizadas por personas con una visión teleológica del mundo no supone una crítica irrespetuosa hacia éstas y su religión, sino que forma parte, también, de la libertad religiosa que se demanda. Considero que es una exigencia intelectual y, sobre todo, moral criticar las malas ideas que afloran desde ámbitos religiosos para el bien mismo de quienes confesamos nuestra fe en Dios y de nuestra misión, que es anunciar la verdad revelada en pos de la trascendencia de del hombre, ese ser que consideramos que posee una dignidad incondicional. A la luz de esta incondicional dignidad de la persona y en pos de la racionalidad y valor moral de la religión es necesario que se distingan lo más clara y distintamente, si esto es posible, el ámbito de la creencia y el de la acción humana, para distinguir y erradicar los extremismos que anidan en las distintas religiones, especialmente en el islam y en el cristianismo.

Los apologistas dicen que las posturas fundamentalistas no constituyen la verdadera religión y focalizan sus motivaciones en otros intereses, ya sean ideológicos o culturales. Sin embargo, ¿estamos seguros de la imposibilidad de trazar una conexión, por nimia que sea, entre una doctrina religiosa y las diversas formas y grados de violencia en nombre de Dios? Algunos de esos apologistas señalan que el fundamentalismo no es más que una perversión de la religión verdadera. No obstante, al distinguir entre una religión verdadera y una deformación de la misma desde la óptica de los hechos, ¿no sitúa la verdad religiosa en el terreno de la subjetividad? Es decir, la religión verdadera es aquella que sostiene la existencia de Dios y la verdad de las doctrinas que revela. Por tanto, si la verdad que anuncia es una y no otra todos los fieles que comparten una misma religión deben ser fieles a unos mismos principios, pero según esos apologistas, esto no es así, y los verdaderos creyentes confiesan unas verdades de fe y los fanáticos otras. Leer el resto de esta entrada »