El ser del hombre y el Ser de Dios

Publicado: 17 marzo, 2011 en Filosofía, Religión

El ser es el valor absoluto necesario y único trascendental. Alcanza todo el conjunto de los entes según la limitación de su esencia – o modo de ser – y el nivel de participación en él. Cuando se dice que los entes participan en el ser, no se dice que sean parte del ser sino que tienen parte en el ser. En este sentido cada ente es pero cada uno realiza el ser de un modo distinto, según su esencia. Por tanto, el carácter ontológico marca un orden de participación en el ser. Desde una perspectiva causal y metafísica alcanzamos a Dios en cuanto descubrimos la conformidad inteligible que relaciona, por dependencia, el ser del ente con el Ser por el que es causado y del que participa: el ipsum esse subsistens.

Todos los entes no participan del mismo modo del ser. Sólo la persona subsiste, pues los animales y las plantas son más bien movidos extrínsecamente a obrar. Por supuesto, muestran una actividad aparentemente autónoma pero su acción es regida por una ley en la que no entra en juego la libertad ni la reflexión. Por su parte, la persona, aunque vive en la materia puede trascender de dicha ley por su dimensión espiritual y libre que da cuenta de un ser – personal – subsistente dotado de unidad y totalmente distinto del resto. El hombre por su inteligencia se posee a sí mismo y responde de sus actos porque se autodetermina también por sí mismo – es en este sentido que decimos que el obrar sigue al ser – gracias a su constitución ontológica y a su libertad fundamental o trascendental – por la cual es dueño de sí mismo –.

Aquí surge la siguiente cuestión. Cómo se concilia la relación de estos seres subsistentes con el valor absoluto del ser del que todos participan. La única respuesta lógica y metafísicamente consecuente es la de asentir un principio causal que funda el orden ontológico de participación en el ser. Aquí estamos ante una prueba de la existencia de Dios a través del ser participado o creado. Si recogemos a Boecio “la persona es el supuesto individual de naturaleza racional” (Liber de persona et duabus naturas, contra Eutychen et Nestorium). La persona es substancia, es decir, existe en sí misma; pero esta subsistencia descansa en la pertenencia a ese ya citado orden ontológico por el cual los entes se vinculan al ser por participación – al Ser –. La persona, a diferencia de los animales, es dueña de su destino, no se reduce a ser ‘uno más’ dentro de su especie. En este sentido, Dios nos llama a cada uno por nuestro propio nombre. Al respecto podemos expresar que la constitución ontológica de la personase expresa en el amor que Dios siente por nosotros en cuanto creados a imagen y semejanza.

comentarios
  1. zambullida dice:

    Si prescindimos de la Infinitud, somos seres incompletos. Sin el que es el que es, es decir la entera realidad, andamos a ciegas y a veces ni andamos. Para que el hombre esté del todo hecho, necesita a acoger a ese ilustre huésped.

  2. Saludos Zambullida. Si renunciamos a nuestro orden ontológico ciertamente dejamos de ser lo que somos y a lo que estamos llamados. Tolamente de acuerdo. Gracias por comentar.

  3. […] Actualizados : El ser del hombre y el Ser de Dios Dios y la política española Prohibido jugar a fútbol en la escuela Ahmadineyad en […]

  4. […] Pero el conocimiento metafísico no se puede negar. Il buon fra Tommasso alcanza conocimiento de la existencia de Dios mediante la doctrina de la analogía, es decir, a través de la existencia de las cosas  y […]

  5. […] el ‘logos’, la razón creadora que entra en contacto y se comunica con la razón del hombre – el Ser en sí que entra en contacto con el ser participado […]

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