Cuando se consume ciencia de best seller

Publicado: 6 noviembre, 2009 en Ciencia

Buscaba en mi biblioteca observaciones a la rama dorada de Frazer (Ludwig Wittgenstein), para apuntar unas notas para un trabajo de la Universidad, cuando me he topado con El universo en una cáscara de nuez (Stephen Hawking). Casualidades de la vida, este encontronazo inesperado me sirve para realizar esta entrada. Algunos neófitos, cuya aproximación a la ciencia son las respetables disciplinas del inglés y la informática, interpretan, en sus blogs, con ventolera párvula que subordino la ciencia a la filosofía y a la metafísica. Como decía Schopenhauer, otra desventaja que trae a todas las ciencias la actividad de los que no tienen talento para ellas es que construye el templo del error, en cuyo posterior derribo han de trabajar durante toda su vida mentes inteligentes – las contadas que hay – y ánimos honestos – como es mi caso por el amor a la verdad –. Así que me hallo en la tarea de defenderme y de explicar a estas parcas inteligencias el sentido de mis textos para que en el futuro realicen una interpretación hermenéutica más fidedigna.

En distintos escritos (1,2,3, etc.) he dicho que la ciencia experimental persigue un doble objetivo: el conocimiento de la naturaleza y el control de la misma. No obstante, aunque parece por lo visto que no todo el mundo lo entiende, el control científico supone la aceptación de presupuestos que caen fuera del alcance mismo de la ciencia. Esto viene a mostrar que en la ciencia se da un control ‘impersonal’, porque previamente se aceptan unas reglas que no se ponen en duda ni se discuten por los científicos. Éstas son reglas filosóficas sobre la realidad y sobre nuestro conocimiento. Pondré un claro ejemplo para que estas almas puedan entenderme: existe un mundo real – sólo algún idealista profundo nos lo discutiría – regido por leyes – si no hubiera leyes no habría ciencia –, que podemos conocer – aunque sea de modo parcial – y que en este mundo hay cuerpos con propiedades esenciales y otras accidentales. Estas reglas se aceptan y se aplican de modo corriente, pero no son presupuestos científicos, sino filosóficos que se dan en toda actividad científica. También me han malinterpretado por falta de conocimientos cuando he dicho que la ciencia no puede estudiarse a sí misma mediante el método experimental y que si se quiere precisar conceptos como el método hipotético-deductivo, por poner un ejemplo, o analizar el valor de los conocimientos científicos debe recurrirse necesariamente a reflexiones filosóficas, ya que es imposible por la simple lógica. Esto, apreciados críticos, no implica que la ciencia esté subordinada a la filosofía o a la metafísica como me acusáis, sino que la ciencia asume y necesita de estos presupuestos y juicios filosóficos para desarrollar su método de modo independiente y a la vez integrador en el conjunto de todos los conocimientos.

Estos errores son habituales entre los lectores de ciencia convertida en best sellers, más cuando se es un neófito. Recuerdo que Francisco J. Ynduráin, catedrático de Física Teórica en la Universidad Autónoma de Madrid dice que a pesar que pocos puedan llegar a entender a estos autores, si el público se impresiona sin entender, los que entienden no están tan impresionados. Respecto al autor del libro que da origen a este escrito, decir que ninguna de sus teorías pasa los criterios mínimos – ya sea bajo el punto de vista popperiano, einsteniano o feynmanesco – para considerarlas científicas. Ni el teorema de Hawking-Penrose sobre la existencia de una singularidad en el espacio al principio de los tiempos, ni la radiación de Hawking emitida por agujeros negros – por la que en coña considera que podría recibir el Nobel – han sido verificadas experimentalmente, ni es probable que lo sean en el futuro.

En la solapa del libro se dice que Hawking es el físico teórico más brillante desde Eisntein. Quizás esta afirmación se  pueda tomar en serio alguien sin excesivos conocimientos de ciencia. Desde luego que estamos ante un físico brillante, esto nadie lo discute, pero lo que sí está muy claro es que está muy por debajo del nivel de un Wilson o de un Hoft, y no digamos ya de Dirac – que ocupó antes que Hawking la Cátedra Lucasiana de Matemáticas de la Universidad de Cambridge –  o Feynman. Y es que las teorías de Hawking en El universo en una cáscara de nuez son complicadas y ambiguas. El mismo dice que utiliza las teorías meramente como descriptores de la realidad sin inquirir si tienen consistencia propia o son sólo simples modelos. Desde luego no habría nada que objetar si, como requieren Einstein y Feynman, las teorías son corroboradas por la realidad. No obstante, las figuras que ilustran el libro son de una calidad extraordinaria y aunque sólo fuer por ellas es recomendable la compra del libro.

La ciencia es digna de gran estima ya que es conocimiento y, por tanto, perfección del hombre en su inteligencia. En definitiva, independientemente de las aplicaciones técnicas, se le debe honrar por sí misma, como parte integrante de la cultura. El problema es que no siempre se le considera a la ciencia en función de la verdad. Hoy en día da la sensación, real, de que la ciencia es valorada únicamente en cuanto instrumento para realizaciones técnicas. Se está perdiendo su sentido, no único, como búsqueda de la verdad. No único, pues la ciencia no es sólo actividad humana en cuanto buscadora de la verdad, sino que dicha verdad se ha de poner al servicio del hombre que a su vez sirve a la Verdad. Si se pierde el sentido de la ciencia como búsqueda de la verdad entonces el conocimiento humano queda infravalorado al situarlo en una perspectiva pragmática”. (Rafael Vives Fos, profesor en la Universidad de Valencia, Universidad Normal de París y Harvard).

comentarios
  1. Anarel dice:

    ¿Y usted no es un neófito en ciencia al ser creacionista y llamar “parásitos” a científicos que realizan un magnífico trabajo de divulgación científica? No es acaso usted, monseñor Opus Prima al afirmar sin tapujos que:

    Respecto a los métodos podemos decir que la ciencia experimental emplea la observación mediante instrumentos, la experiencia, la inducción, el método hipotético-deductivo, etc. No obstante, para precisar todos estos conceptos se debe recurrir necesariamente a la filosofía. Lo mismo ocurre con el valor de los conocimientos, pues qué base utilizaremos para decidir si una ley de la ciencia es verdadera o no. En consecuencia, la ciencia no se basta a sí misma ya que cualquier reflexión sobre ella exige el uso de ideas filosóficas aunque no pensemos en filosofía. Pero esto no ocurre sólo sobre la reflexión de la ciencia, sino que ni siquiera se puede hacer ciencia de modo impersonal.

    Venga, hombre, no sea usted tan arrogante y pretenda saber más de ciencia de aquél que tiene una carrera de ciencias. Usted, amigo mío, tiene estudios filosóficos. Hable de filosofía o moral, no de ciencia ni se atreva a llamar «parásito» a un auténtico científico.

  2. Maica dice:

    Hola Opus. Excelente entrada, esperemos se den por aludidos y rectifiquen su estupidez. Hawking es un físico de gran brillantez, pero su talla intelectual está exageradísima por los profanos.

    Ya entrando en ciencia la pregunta sobre ¿qué había antes del Big-bang? es una pregunta absurda por definición, por la sencilla razón de que la Teoría del Big-bang lo que precisamente afirma es que tanto el espacio como el tiempo, se crearon en el mismo momento de la gran explosión, o lo que es lo mismo: espacio y tiempo nacieron con el Universo, son propiedades suyas y, por lo tanto, no pueden existir al margen de él. Por consiguiente, no tiene sentido preguntar qué había antes del tiempo, puesto que la pregunta, formulada de esta forma, implica la afirmación de la existencia del tiempo antes de que el tiempo existiera, lo que resulta contradictorio.
    ¿Qué es lo que sucedió para que se produjera el Big-bang? La pregunta también es científicamente absurda. Todo lo que sea preguntar por las condiciones anteriores a t=0 carece de sentido, desde el punto de vista de los métodos de investigación de la ciencia positiva, tanto en su rama experimental como en su vertiente puramente teórica. Es más, los científicos afirman que ni siquiera podemos preguntarnos ¿cómo fueron los primeros instantes de la existencia del Universo?, entendiendo por “primeros instantes” el tiempo transcurrido entre t=0 yt=10-43 segundos. Esto se debe a una razón muy simple, nuestros conocimientos científicos acerca de la realidad material sólo son válidos a partir de un instante superior at=10-43 segundos (el denominado Tiempo de Planck) posterior a la gran explosión. ¿Qué sucedió entre t=0 y t=10-43 segundos? J.S. Trefill dice que es el “Reino de los dragones”. ¿Qué significa esto? Muy sencillo, se trata de una manera simpática y divertida de reconocer que no tenemos ni la menor idea. De momento el Tiempo de Planck representa un umbral infranqueable para el conocimiento científico experimental. Se puede hacer alguna incursión especulativa, pero todavía resulta un ámbito de investigación que supera nuestras capacidades actuales; porque en esta etapa de la historia del Universo la temperatura, la densidad y la presión son tan altas que las leyes de la física se derrumban perdiendo su significado. ¿En el futuro podremos disponer de elementos teóricos que nos permitan saber con certeza algo de esta época? Tal vez. Pero también podría tratarse de un horizonte definitivamente infranqueable, un límite físico absoluto del conocimiento humano.

    Hawking habla de auto-creación del Universo. Éste habría tenido un comienzo en el tiempo (con lo que se descartaría la teoría del Estado estacionario), pero no estaría sometido a un continuo flujo y reflujo de ciclos de expansión y contracción (rechazándose así la teoría del Big-crunch). Sin embargo, no cabría pensar en ningún Creador, ya que el Universo se habría creado a sí mismo.
    La auto-creación del Universo se basa en dos extrapolaciones difícilmente justificables desde un punto de vista científico. En primer lugar hay que señalar que las teorías sólo pueden ser consideradas científicas si sus hipótesis pueden ser sometidas al control de un experimento, ya sea real o imaginario (Galileo y Einstein, por ejemplo, utilizaron mucho este tipo de experimento). Pues bien, la nada absoluta, es decir, la nada metafísica, no es, por definición, algo que pueda relacionarse con ningún tipo de experimento, ni real ni posible, por lo tanto se trata de una idea que cae totalmente fuera del campo de la ciencia. El método de investigación científico lo que hace es relacionar un estado físico con otro, de manera que el origen absoluto del Universo, entendido como creación absoluta a partir de la nada, caería fuera del terreno de la ciencia ya que ésta, la nada absoluta, no es un estado físico experimentalmente analizable. Así pues, cuando algunos científicos, como Hawking, dicen que el Universo pudo haberse creado a sí mismo desde la nada no se están refiriendo al concepto de nada utilizado por la metafísica o la teología creacionista. De modo que, esa nada de la que surgiría el Universo habría de ser, de alguna manera, no un vacío absoluto, sino “algo”. Esta confusión conceptual se da también con otros términos (v. gr.: espacio, tiempo, materia, vacío, etc.…) que tienen sentidos distintos si los consideramos desde una perspectiva filosófica o científica. Por ello se debe tener muy claro cuál es el significado conceptual de un término cuando estamos trabajando en un ámbito del saber humano (el científico, por ejemplo) o en otro (como podría ser el filosófico o el teológico). Precisar claramente el significado de los conceptos utilizados en nuestros razonamientos delimitando el campo semántico en el que vamos a utilizarlo podría evitar muchos malos entendidos al hacer que cada área del saber humano permanezca en el plano que le es adecuado.

    pd: nos vemos para tomar un café. Besos.

  3. opusprima dice:

    Hola Maica.
    Debe tenerse presente que las teorías de la auto-creación del Universo se basan en la combinación de múltiples elementos procedentes de diversas teorías científicas; elementos que constituyen, precisamente, sus puntos más polémicos. Por ejemplo, de la mecánica cuántica se toma la controvertida idea de que existen fenómenos sin causa, y la afirmación de que puede crearse -y aniquilarse- materia, ambas afirmaciones requieren matizaciones y su sentido se limita, como es lógico, al ámbito de la física. Extrapolarlas más allá de dicha ciencia es un error y esto es, precisamente, lo que sucede cuando se pretende utilizar estas tesis para afirmar la auto-creación del Universo. Otra confusión se produciría al identificar el vacío cuántico de la física con la nada absoluta de la ontología. De la relatividad general se extraería la idea de que el espacio y el tiempo pueden ser considerados estructuras independientes de la materia, sin embargo la teoría general de la relatividad lo que afirma es que las zonas donde hay materia son, desde el punto de vista matemático, regiones en las que el espacio-tiempo tienen una mayor curvatura, que serían los cuerpos materiales.
    En definitiva, las teorías que postulan la auto-creación del Universo como la de Hawking se basan en afirmaciones altamente hipotéticas, en combinaciones de elementos teóricos discutibles y, además, en la transmutación semántica de algunos términos utilizados por diversas ramas de la ciencia e incluso de la filosofía o la teología, que pasan a ser empleados con otro significado en otras ramas de la ciencia; de manera que se les pretende dotar de un determinado sentido físico cuando o bien su significado original es filosófico o bien son tomados de otras teorías científicas en las que tenían un significado y una función original diferente.

    Pd: nos vemos, un beso.

  4. opusprima dice:

    Saludos Anarel, la educación siempre por delante.

    Mira que no lees… El párrafo en cuestión que adjuntas es justo el que aclaro para que una mente abnegada como tú la entienda (acompañada por los enlces encuestión), pero no hay manera.

    Apreciado Anarel, el señor Manuel Abelado es un simple informático (con todos los respetos). Tengo estudios filosóficos, humanísticos y periodísticos, pero también tengo un aceptable conocimiento en ciencia por mi contacto directo y académico – participación en clases, estudios y simposios, etc. – tanto en la prestigiosa Universidad de Navarra como en la Universidad de Barcelona o en la Universidad Internacional de Cataluña.

    ¿Científicos? Yo hablo de Manuel Abelado, el blog que enlace, y este señor es informático, no científico.

  5. Maica dice:

    Este Anarelito es tontito. Hagamos una prueba y veamos si sabe suficiente de ciencia para afimar Opus, que tu no tienes ni pajotera idea. Veamos Anarelito, dinos de qué hablábamos Opus y yo en estos comentarios, ¿crees que estamos equivocados?, y si es así dinos por qué…

    Opus, el pobre se picó, pero de nuevo abre mucho la boca y no dice nada de ciencia… ¿sabrá de qué estamos hablando? Lo único que sabe decir es «eres creacionista» por el hecho de que eres católico, pero seguro que no sabe qué es la teoría del Big-crunch, teorema de Hawking-Penrose o la Teoría del Estado estacionario.

    Anarel… ahora en serio. Debes saber de qué hablas para no meter la gamba, porque caes de nuevo en la piedra que aclara Opus en esta entrada, pero tu a lo tuyo.

  6. Gloria dice:

    Hola Opus.

    Tienes más paciencia que un santo. Mira que es bobo de remate… le aclaras algo y como los burros vuelve a caer en lo mismo… paciencia. Un beso.

  7. opusprima dice:

    Saludos Gloria. Muy despierto no es, pero esperemos que lo entienda a la tercera… veamos.
    Gracias por comentar.

  8. opusprima dice:

    Maica, Gloria… Anarel ha respondido, pero por la tangente con el típico yo se más… Al margen de insultaros y de meterse con Rafa Vives… eso si que ya es ser bobo… ¿Algunos de sus amigos informáticos, perdón científicos da clases en Harvard o en la Universidad Normal de París? Increible, verdad. El peor mal del mundo es la ignorancia.

  9. Ed_Tijeras dice:

    Me animo a escribirte un comentario por que uno de los párrafos de Maica me ha dejado con una duda:

    «En primer lugar hay que señalar que las teorías sólo pueden ser consideradas científicas si sus hipótesis pueden ser sometidas al control de un experimento, ya sea real o imaginario.»

    Aquí una tuya:
    «En definitiva, las teorías que postulan la auto-creación del Universo como la de Hawking se basan en afirmaciones altamente hipotéticas…»

    Basándonos en esa premisa, ¿dónde o cómo encaja el creacionismo en la ciencia?. ¿acaso una teoría basada en el creacionismo no sería también basada en afirmaciones altamente hipotéticas?

    Tal vez la pregunta parezca inocente o tramposa. Así que adelanto que mi único interés es entender tu posición con respecto al tema.

    OT: Aunque soy cualquier cosa menos religioso, me parece que el estilo con el que presentas tus ideas es bastante coherente. Pasaré mas seguido por tu blog. Te envío un saludo desde Bolivia.

  10. opusprima dice:

    Saludos Ed.

    Por que usa combinaciones de elementos teóricos discutibles y, además, en la transmutación semántica de algunos términos utilizados por diversas ramas de la ciencia e incluso de la filosofía o la teología, que pasan a ser empleados con otro significado en otras ramas de la ciencia; de manera que se les pretende dotar de un determinado sentido físico cuando o bien su significado original es filosófico o bien son tomados de otras teorías científicas en las que tenían un significado y una función original diferente.

    Si se quiere ser racionalmente riguroso (por lo que los prejuicios ideológicos deberán ser dejados de banda) nos encontraremos con el hecho de que incluso aceptando la hipótesis de que el Universo se autocreara no queda excluida la posibilidad de hacer referencia a un Creador, dicho de otro modo: no resulta irracional afirmar su existencia. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que el Universo tiene el origen, sea cual sea éste, y la estructura que tiene gracias a que existen unas leyes físicas que le hacen ser como es. Pues bien, si el Universo se crea a sí mismo lo hará porque unas determinadas leyes físicas le hacen originarse de este modo. Ahora bien ¿cuál es el origen de esas leyes físicas? Ellas no pueden ni: a) originarse con el Universo, puesto que han de serle, de alguna manera,anteriores para poder originarle, ni b) originarse a sí mismas, ya que nada puede ser causa-efecto de sí mismo. Así, pues, incluso aceptando la hipótesis de que el Universo se hubiera creado a sí mismo, no resultaría irracional la aceptación de la existencia de un Creador.

    Espero haber despejado la duda que tenías sobre mi exposición. Un fuerte saludo desde Barcelona y espero verte más por aquí, Ed.

  11. gilkacuentos dice:

    Hacía tiempo que no me pasaba por aquí. Me ha gustado mucho el texto, perono voy a poner nada, no sea que lo estropee. Un saludo, y gracias por ilustrarnos.

  12. opusprima dice:

    Saludos, Gilkacuentos un placer grato volver a verte después de tanto tiempo. Espero que todo esté bien. Gracias y un sincero saludo.

  13. […] charlatanes, sino que entre ellos se cuenta a científicos de renombre, que defienden sus creencias utilizando la ciencia de manera irracional y atacando airadamente a quienes discuten sus planteamientos. La ciencia no es […]

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