Archivos de la categoría ‘Modos de vida’

 

¿Qué he de hacer con mi vida? Si en el mundo, por lo general, hay dos tipos de hombre, el que fundamenta su vida en el tener y el que fundamenta su vida en el ser – El primero se halla regido por las necesidades sociales establecidas por el sistema, el segundo gobierna su vida en función de los valores y principios intrínsecos que emanan de su estatuto ontológico –, parece obvio que hay dos grandes modos de desarrollar en la praxis la existencia humana e, ineludiblemente, el segundo tipo de hombre adquiere una capacidad de consciencia mediante la cual la vida no sólo supone una aventura, sino que se transforma en un gran logro en el que se adquiere un auténtico significado.

Conocerse a uno mismo es indispensable para la plenitud existencial y para poseer la capacidad de responder a la pregunta que nos ocupa. El hombre, para ser, debe tomar una decisión fijada en un objetivo por el que orientarse y por el cual desarrollará toda su actividad existencial. La vida posee mucho de proeza, pero lo propio y la cumbre de toda heroicidad es el logro, y respecto a la existencia el éxito depende, forzosamente, del primoroso trabajo interior que uno obre consigo mismo, pues para aprender a vivir del modo más humano posible uno necesita saber, en consentimiento con uno mismo, si avanza por el camino de la verdad o de la apariencia, en cuanto que pondrá todo el amor en uno o en otro, y no supone lo mismo, por su trascendencia, amar lo verdadero que lo ilusorio y contingente. (más…)

“…¡Qué pregunta tan amplia! No creo que las «opiniones», no importa de quién, resulten muy útiles sin alguna explicación de cómo se ha llegado a ellas; pero acerca de esta cuestión no es fácil ser breve.

¿Qué significa realmente la pregunta? Tanto propósito como vida. necesitan alguna definición. ¿Es una pregunta puramente humana y moral? ¿O se refiere al Universo? Podría significar: ¿Cómo debería utilizar el tiempo de vida que se me ha concedido? O: ¿A qué propósito/ designio sirven las criaturas vivientes por el hecho de estar vivas? Pero la primera pregunta encontrará respuesta (si la encuentra) sólo después de considerada la segunda.

Pienso que las preguntas acerca de un «propósito» sólo son realmente útiles cuando se refieren a los propósitos u objetivos de los seres humanos o a la utilización de las cosas que proyectan o hacen. En cuanto a los «otros seres», su valor radica en sí mismas: SON, existirían aun si nosotros no existiéramos. Pero como sí existimos, una de sus funciones es ser contempladas por nosotros. Si ascendemos la escala del ser a «otros seres vivientes», como por ejemplo una planta pequeña, ésta presenta forma y organización: una «estructura» reconocible (con variaciones) en cuanto a especie y prole; y eso resulta profundamente interesante, pues estos seres son «otros» y no los hemos hecho nosotros; parecen proceder de una fuente de invención incalculablemente más rica que la nuestra. (más…)

dónde vas¿Puede la libertad volverse un fardo demasiado pesado para el ser humano? En la actualidad buena parte de la sociedad entiende por libertad la ausencia de coacción, la libertad de. Sin embargo, la libertad en el sentido más elevado implica la autoposesión, pues no es la capacidad de decidir lo que nos hace libres, sino la autorrealización como personas (libertad para). En este sentido son muchos quienes eludimos la realización de nuestra libertad por la inestabilidad y la incertidumbre de una existencia cuyo destino en muchas ocasiones aparenta ser la zozobra. La vida exige la continua decisión de un sujeto que se ve en el necesario imperativo de tener que ser en todo momento. Elegir un menú, un coche o una casa no entraña ninguna dificultad y es una meta deseada por cualquiera; ahora bien, conducir la propia existencia hacia su plenitud puede ser un desafío alarmante y muchos no dudamos en aceptar la sumisión si por ella nos ofrecen la seguridad existencial.

Afrontar la vida es una tarea constante que dura toda la existencia de la persona, razón por la cual muchos preferimos el sometimiento a la autoridad o a un líder a la libertad de una vida elegida y desarrollada por nosotros mismos, cuyo itinerario siempre estará unido a la incertidumbre. Al mismo tiempo, existe el miedo a esa soledad ontológica que implica el estar con uno mismo; la mayoría de las personas intentamos eludir el solitario camino del conocimiento personal para alcanzar ese refugio que aparenta ser el recorrer el mismo sendero junto con los demás. Tener un compañero, aunque la vida sea una desgracia, es preferible al aventurarse por uno mismo. Es evidente que el hombre no es un Robinson Crusoe, pues “ninguna clase de vida humana resulta posible sin un mundo que directa o indirectamente testifica la presencia de otros seres humanos” (Hannah Arendt, “La condición humana”); no obstante, esto no implica que la persona sea una oveja, cuya forma de vida ya le es dada. El hombre tiene que desarrollar su propia forma de vida, ser lo que debe ser según su estatuto ontológico, y esto demanda necesariamente el conocerse a uno mismo, tarea que nadie puede hacer por nosotros. (más…)

 

La pobreza se extiende entre los llamados países más ricos. Los recortes sociales para combatir la crisis económica afectan de modo especial a las clases medias y bajas. Todos los informes internacionales constatan que la brecha entre ciudadanos ricos y pobres aumenta con progresiva aceleración: en Alemania el 10% de los ciudadanos acapara el 67% de la riqueza del país. Más extremo es el caso de Gran Bretaña. Al contrario de lo que creían Thatcher y Reagan, los ricos, cada vez menos, aumentan sus riquezas, pero los pobres lo son más si es posible. Pero los datos aún guardan una noticia más pésima: los principales damnificados por la crisis económica y su ineficaz solución es la población infantil.

Según el estudio Bienestar infantil en los países ricos de Unicef, la tasa de pobreza infantil en España es de las más altas de entre las 29 economías más avanzadas del mundo, sólo superada por Letonia, Estados Unidos y Rumania: el 26% de los menores españoles, 2,2 millones de niños, vive en hogares que están por debajo del umbral de la pobreza, por lo que por primera vez se sitúan como el colectivo más pobre del país. En 2010, el gobierno presidido por el señor Rajoy se comprometió ante la Unión Europea a reducir el número de niños en situación de pobreza hasta 2020; no obstante, el número de menores pobres sigue en escalada libre.     (más…)

amistad2«La amistad entre el rabino Abraham Skorka y yo es un ejemplo de que el diálogo en el mundo es posible y que la amistad es posible. Ese es mi principal mensajedeclara el Papa Francisco. El hombre no sólo vive, sino que debe aprender a vivir junto con los demás. Lo más importante de un modelo de vida es que este sea auténtico y comprensible; que conduzca a la persona a lo largo de su existencia dotándola de propósito y sentido. El hombre debe conocerse y comprender la realidad que le alberga para penetrar más profundamente en el misterio del ser del hombre y evitar, en todo lo posible, el error, la ofuscación, el egoísmo y todas aquellas actitudes que le convierten en un salvaje para el otro mediante la reflexión, la benevolencia y el amor.

El hombre, para ser más libre y auténtico necesita desprenderse del exorbitante ego. Nuestro ser interior reclama un significado que se halla en el amor y que se desarrolla mediante la capacidad de amar. El ego no busca amar, sino ser amado. Así, muchos buscamos que se nos ame por el éxito, el poder, la riqueza… a cualquier precio, incluso a través de la cosificación e instrumentalización de las personas o por la enemistad con ellas. Pero el amor no es un objeto, no se puede poseer; el amor es un estado en el que llega y se desarrolla la naturaleza del ser de la persona abriéndose con autenticidad a los demás y al mundo que compartimos. No es fácil llegar al camino del amor, pues de continuo se anhela, desde la vanidosa irreflexión de una voluntad susceptible y caprichosa, la aprobación ajena incluso mediante el uso de tretas ilícitas; sin embargo, es necesario avanzar en él, pues no sólo los “hombres forman el medio ambiente de cada una de las actividades humanas” (Hannah Arendt, “La condición humana”), sino que el amor es el modo debido de relacionarse entre los hombres. (más…)

pobreLa finitud de la vida, coronada por la muerte a los ojos de los hombres que permanecen en este orbe, deviene un misterio por la imposibilidad de aproximarse a ella con el fin de alcanzar una seguridad próxima a la de la certeza matemática. Por mucho que la ciencia natural nos permita descubrir los más profundos secretos de la naturaleza y sus leyes todavía quedará por responder a la más alta, trascendente y vital de las cuestiones: el enigma de la vida, del que no se posee certeza terminante más segura que la necesidad intrínseca de desarrollarla con total autenticidad.

¿Cómo debemos vivir nuestra existencia para experimentarla en toda su potencialidad? Resulta evidente, a la luz de la historia, que por el deseo de poder y de nombre los hombres entran en disputa; unos viven en la opulencia material y otros en tal parquedad que incluso el alimento es una necesidad que no pueden procurarse por sí mismos. Este modo de vida en sociedad lejos de convertir al hombre en algo sagrado lo transforma en un salvaje lobo para el otro. Vivimos en competencia constante los unos contra los otros y sólo cuando ‘tenemos tiempo’ practicamos cierta actividad solidaria, la mayor de las veces para tranquilidad de nuestra conciencia. ¿Por qué no poner punto y final a esa estupidez que sólo genera desasosiego y depresión? ¿Por qué en lugar de causar sufrimiento y desánimo no colaboramos para alcanzar el deleite y el entusiasmo que ofrece una vida lograda?    (más…)

muerte

La muerte es verdadera. En la pregunta por el sentido de la existencia descubrimos que tenemos que elegir en todo instante nuestra forma de vida, que emana de nuestro estatuto ontológico, y, al mismo tiempo, que la vida está ordenada por la muerte. El hombre es un ser mortal: “con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás” (Gn 3, 19). La vida de una persona es breve y se presenta como una exigencia: no sólo hay que vivirla en cada segundo, sino que en cada segundo debemos tomar una decisión vital, pues si se posterga o se deambula con oídos sordos ante las cuestiones trascendentes – ¿quién soy?, ¿qué he de hacer?, ¿adónde voy? – no sólo nos perdemos experiencias, sino que, fallando al imperativo de autenticidad, nos quedamos sin ser nada, “porque no puedes ser verdaderamente sino el que tienes que ser” (Ortega y Gasset, “El tema de nuestro tiempo”).

Lo que tenemos que ser realmente y en sentido último parece una cuestión secundaria o intrascendente para muchos de nosotros. El ser humano es un sujeto que se deshumaniza, que se desnaturaliza, que se aparta, en definitiva, de su camino ontológico y existencial, que es el único que puede ofrecer sentido auténtico. Por eso, muchos, avanzamos por una montaña rusa en la que se suceden estados de alta satisfacción con otros de hundida angustia por la sencilla razón de que el hombre no sólo no se conoce, sino que pretende, insensato, huir de sí mismo. Se teme a la muerte biológica, que forma parte de la condición natural del ser humano, por la incapacidad de encontrarle una razón que no convierta a la existencia en un transitado y pasajero absurdo. Obviamente, la vida no es un absurdo, sino que esta es una idea que se encuentra en la visión que tiene de ella quien realmente no la conoce ni se conoce a sí mismo. (más…)

contactosEl señor Jaime Mayor Oreja, europarlamentario del Partido Popular, manifestó recientemente que uno de los mayores problemas de Europa está en «haber olvidado las raíces cristianas«. Si uno se detiene encontrará en su reflexión que algunos cristianos, muy a nuestro pesar, somos personas cuyos actos, en ocasiones, y más de las deseables, se hallan en las antípodas de aquello que supuestamente profesamos y predicamos. Ahora hablaré primeramente del Partido Popular, pero de bien seguro que si sustituimos el nombre de este partido por el nuestro propio en poco o en nada se modificará de cuanto aquí diré.

El señor Mayor Oreja señala, y no sin razón, que nos hemos olvidado las raíces cristianas. El mismo partido del que este señor es miembro recoge en su ideario ideológico el concepto humanismo cristiano: “El PP pone de relieve la tradición humanista cristiana e ilustrada, consagrando el derecho a la vida, la dignidad de la persona, el valor de la libertad…”. Es obvio, y a la realidad más empírica me remito, que estas elocuentes palabras, que podría esgrimir el propio Giovanni Pico della Mirandola, resultan hueras. La consagración del derecho a la vida no es tal cuando se acepta la posibilidad de poner fin a la incipiente vida del nonato; tampoco la dignidad de la persona cuando, por ejemplo, se suprimen vitales y necesarias ayudas como la dependencia y se auxilia a los bancos, corresponsables de la actual crisis, en detrimento de las personas, muchas de ellas desahuciadas – en España hay un desahucio cada 15 minutos – y en el umbral de la extrema pobreza. (más…)