La metafísica se ocupa del estudio de la causa última y de los primeros principios y más universales de la realidad. El Estagirita la llama filosofía primera, pues a diferencia de cualquier otra, ya sea la antropología, la filosofía de la naturaleza, la filosofía de la ciencia, etc., no se ocupa de una parte, sino de toda la realidad. “Todos los hombres desean naturalmente saber” (Aristóteles, “Metafísica”), pues nadie quiere permanecer en la mentira o en el error, para alcanzar la plenitud existencial mediante el conocimiento de la verdad sobre sí mismo y el mundo. La búsqueda de una certidumbre en el ámbito del vivir, sobre todo, parece indispensable pues en ello se ocupan los hombres desde el comienzo de los tiempos. No obstante, “¿hay en el mundo algún conocimiento tan cierto que ningún hombre razonable pueda dudar de él?” (Bertrand Russell, “Los problemas de la filosofía”).
René Descartes se propone una nueva ciencia mediante el método matemático que sea capaz de explicar las leyes de la física y de la metafísica con una certeza tan absoluta que resulte clara y evidente a cualquier razón. Una tarea francamente difícil cuando en la vida cotidiana es evidente que tomamos por ciertos muchos conocimientos que, después de un riguroso análisis, resultan ser un error. De este modo, qué puedo conocer que de manera clara y distinta pueda afirmar que es verdadero y, al mismo tiempo, se convierta, sin dejar nada fuera de su consideración, en fundamento absoluto para alzar todas las demás certezas – el mundo y el hombre – que conciernen al correcto desarrollo de la existencia humana en la praxis y su sentido. Con acierto o con honradez y para evitar falsos dogmatismos y subjetivismos Descartes realiza una correcta distinción que siempre deberíamos tener en cuenta: “Querer inferir de la Sagrada Escritura el conocimiento de verdades que únicamente pertenecen a las ciencias humanas y no sirven para nuestra salvación, no es más que utilizar la Biblia para unos fines para los que Dios no la ha dado en absoluto y, consiguientemente, manipularla” (René Descartes, carta a Plempius, agosto de 1638. publicada en «Oeuvres de Descartes» de Charles Adam y Paul Tannery). En este sentido, es importante que ninguna cosmovisión, teísta o ateísta, estructure el conocimiento de la realidad, sino que el conocimiento de la realidad nos conduzca a sostener una u otra al descubrirla como fundamento. (más…)