El hombre es el ser que está abierto hacia el bien, al que tiende de manera natural, racional y libre y que fundamenta y especifica la moralidad de sus acciones; sin embargo, por su libre albedrío, puede no obedecer a la ley moral y, en consecuencia, tomar máximas malas (Kant, “La religión dentro de los límites de la mera razón”) capaces de generar el inconcebible horror que nos llega desde Irak, cuyo único fin es la eliminación de la condición humana. Detrás de cualquier mascre siempre se halla la ideología, que en cualquiera de sus formas, considera que todo es posible y lógicamente aceptable para dar a luz los principios sobre los que se asienta, incluso la destrucción sistemática del otro con el fin de que los que sobrevivan adopten tal ideología.
No me importa quiénes son ni qué representan estos victimarios, me ocupa y preocupa su mal en cuanto acción humana. Es díficil establecer una comprensión de lo que acontece en Irak, pues la barbarie reina ahí donde el diálogo es imposible. Esta catástrofe humanitaria desafía todas las reglas de la lógica y el juicio por la incapacidad de hallarle sentido. Lo único que podemos constatar es que en este mundo que compartimos los unos con los otros hay algunos que gobiernan su existencia orientándose por reglas que obvian de modo radical el sentido común y la moralidad. En realidad, no sé bien cómo puede ponerse fin a estos actos de deshumanización ahí donde se dan; sin embargo, quien no se movilice ante estos hechos, no se movilizará por ningún otro en que la dignidad humana esté en juego. (más…)