El Aquinate arranca la exposición sobre la moral a partir de la ética del Estagirita señalándose que el fin último es un bien querido por sí mismo y que, conseguido, ya no se busca nada (Tomás de Aquino, “Suma Contra Gentiles, III, 40), pues restan satisfechas la voluntad y todas las tendencias humanas, alcanzándose la plenitud. Dios, creador del universo y de las creaturas, es el fin último, pues en Él todo ser creado sacia un apetito que no completan otras realidades contingentes que también despiertan el interés del hombre, piénsese en el dinero, la fama, el poder, etc. (Tomás de Aquino, “Suma Teológica, I-II).
Para il buon fra Tommaso ninguna realidad contingente, si bien confiere una felicidad parcial, no cumple la condición absoluta de fin último, pues todas ellas si no son medios tienen una limitación en el tiempo. Así, el único bien concaracter infinito que sacia por completo es Dios. El aquinate señala que la felicidad completa la confiere el conocimiento de la esencia de Dios. Sin embargo, advierte que la experiencia enseña que esta felicidad no es posible en la vida presente, por ello habla de la felicidad imperfecta, que recuerda a los grados de felicidad de Aristóteles. (más…)