El rotativo ‘The Telegraph’ abre con las declaraciones de la ministra Maria Miller, que propone reducir de 24 a 20 semanas el límite para que una mujer pueda abortar a su hijo con el fin de “reflejar el modo con que la ciencia ha avanzado” en el tratamiento de los bebés prematuros. Para la ministra el avance de la ciencia plantea el dilema moral de si es correcto poner fin a un embarazo del que podría resultar un bebé sano y si eso supone un menoscabo del derecho a la mujer a decidir.
Si se reduce el límite legal para abortar aduciéndose que se puede salvar la vida de los bebés que nacen antes de las 24 semanas se comete un error científico porque se interpreta que el nonato es y sólo es un ser humano desde el momento en que su viabilidad es posible fuera del vientre materno. Es decir, se interpreta, a la luz de ninguna razón ni de ninguna evidencia, que el ser humano es un ser potencial que se transforma en humano a partir de una realidad viviente anterior. Sin embargo, la ciencia misma a la que acude la señora ministra para fundamentar su propuesta demuestra que el hombre es el resultado de una generación y no de un cambio. (más…)