25 de marzo: Día internacional de la vida

Publicado: 23 marzo, 2012 en Aborto, Antropología, Derechos humanos

 

Este domingo 25 de marzo se celebra el Día Internacional de la Vida. La dignidad de un ser humano no nacido no depende del deseo de su madre sino del hecho de pertenecer a la especie humana. Una vida es humana cuando el sujeto es poseedor de un genoma humano y su dignidad procede de su estatuto ontológico por el simple hecho de ser un individuo de dicha especie. Como verán el término humano es lo característico y esencial de todo no nato en cuanto que es una evidencia científica que la vida se inicia en el momento mismo de la fecundación, en la que el cigoto constituye ya una nueva realidad biológica distinta a la de sus padres.

Es en este sentido que se pronuncia el preámbulo de la Convención sobre los Derechos Humanos y la Biomedicina, del Consejo de Europa, que establece «la necesidad de respetar al ser humano, no sólo como individuo sino también en su pertenencia a la especie humana«. Así debe ser porque el ser humano, en este caso el nonato, es un fin en sí mismo y no “una cosa” ni una realidad intermedia e indefinida. Por tanto, si no se reconoce y defiende la corporalidad humana desde el primer momento es imposible fundamentar la dignidad de cualquier ser humana en cuanto que su valoración estará siempre sujeta a libre interpretación y los mismos derechos humanos no serán más que un concepto arbitrario modificable según la conveniencia.

Es indudable que, biológica y ontológicamente, la dignidad del nonato descansa en su pertenencia a la especie humana por lo que el respeto a su dignidad no reside en ninguna valoración extrínseca que se pueda conferir sobre él sino de su ser. En consecuencia debe ser amado en cuanto que es humano – no se es más o menos humano, el hombre no procede de un cambio sino de una generación, por lo que no caben interpretaciones ni se pueden exigir requisitos para señalar cuándo se empieza a ser humano –. Es importante insistir y remarcar, por tanto, que la dignidad ontológica, por el mero hecho de ser humano, acompaña al hombre a lo largo de toda su existencia por el simple hecho de serlo. La dignidad humana sólo tiene sentido si se reconoce a todo ser biológicamente humano, por el hecho de ser humano: de aquí la existencia de los derechos, para que nadie posea la facultad de deliberar y resolver si alguien tiene la naturaleza de persona– pensemos en la Alemania nazi y la consideración de los judíos –, sino que su pertenencia a la especie humana sea suficiente para que se le considere sujeto de tales derechos.

comentarios
  1. Cristina Bec dice:

    Como bien dice su SS Benedicto XVI Ningún poder tiene derecho a olvidar o despreciar la dignidad de toda persona humana. Gracias por la entrada, Joan.

  2. Natalia dice:

    La hipocresía y el relativismo de nuestra sociedad es galopante. Es un derecho eliminar al hijo en el seno materno, al mismo tiempo que preocupa que un animal de granja tenga más espacio.

  3. Belén dice:

    El aborto es muerte porque el feto tiene vida y deja de tenerla. La ley y la gente lo sabe, pero callan o ignoran voluntariamente como hacían los alemanes sobre la existencia de campos de exterminio.

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