¿Qué le ocurre al Partido Popular?

Publicado: 17 febrero, 2012 en Pensamiento, Religión

Vaya semana la del Partido Popular. Primero fue la delegada del gobierno en Madrid, la señora Cristina Cifuentes, quien exhortó este martes a retirar el apelativo ‘cristiano’ al humanismo en el que se inspira su partido. Ahora es el vicesecretario de comunicación, el señor Esteban González Pons quien riza el rizo cuando declara que “el apelativo cristiano no tiene connotación religiosa”. Ya se me perdonará pero cuando uno no sabe quién es difícilmente puede saber qué dice.

Uno comprende que tiene que haber mentes en ayuno, como tiene que haber de todo en la vida, por tanto no hay que pasar a estas personas por el lanzallamas sino explicarles que la realidad es de un modo y no de otro, que no se rige, desde luego, por la voluntad del primer lenguaraz que salta a la palestra. Del término cristiano no le enseñaré al señor Pons lo que afirma la Santa Iglesia Católica, por eso tan políticamente correcto de separar la vida privada de la pública, sino que me limitaré a recordarle lo que señala el diccionario de la Real Academia Española, que es lo siguiente: “Perteneciente o relativo a la religión de Cristo”. Punto pelota.

Sírvame la inopia de la señora Cifuentes para la exposición del humanismo, que sin duda, no puede separarse del apelativo ‘cristiano’. Quien separa humanismo de cristiano es por dos razones, o no sabe quién es el hombre o tiene una vaga y confusa idea del mismo. Preguntémonos con absoluta sinceridad: ¿El hombre es un criatura, un ser participado cuyo carácter ontológico marca un orden de participación en el Ser en sí, o bien es producto de una materia increada organizada con la capacidad de reflexionar y de actuar sin la necesidad de los primeros principios y de la causa última – incausada –? Es evidente que una respuesta con sentido común se decanta, razonada, por la primera explicación en cuanto que el hombre es obra de un amoroso acto creador de Dios en orden a un plan en cuanto que, pensado y querido, su existencia responde a un propósito – sentido – y se destina un fin. El hombre creado da respuesta a la exhortación conócete a ti mismo que se hallaba esculpida sobre el dintel del templo de Delfos porque descubre que proviene de una inteligencia y de una voluntad y que se dirige a ella en cuanto es su fundamento y plenitud.

No existe ninguna otra explicación al margen de la del hombre creado. Qué el hombre es un animal más, pura ideología; lo mismo la afirmación de la materia increada y creadora. Esto último no es humanismo – ni es ciencia ni es filosofía – pues no responde con rigurosidad a la pregunta quién es el hombre; es, en palabras de Camus, rebeldía metafísica. Sólo el hombre creado se reconoce viable, porque racional y libre, se destina a su propio fin dando plenitud en el obrar a su ser. En cambio, el hombre que no se considere creado jamás será viable porque no se verá con la intrínseca necesidad de elegir en todo momento los medios adecuados a su fin, no se hallará requerido a escoger lo mejor según una muy determinada forma de vida en la que se encuentra la edificación de la felicidad. Será, a lo sumo, un excelente ciudadano, con autonomía y arbitrio, pero siempre sujeto a la contradicción y al sinsentido pues sus actos no tendrán mayor fin que el de una ciega voluntad lanzada al abismo. 

Sólo cabe un humanismo que funda la dignidad de la persona en el hecho de que es una criatura creada a imagen y semejanza de Dios. La dignidad del hombre sólo puede reconocerse de manera radical ante la realidad absoluta del Ser en sí que la dignifica infundiendo en él un halo de su imagen.  Sólo la realidad de que Dios ha querido al hombre como un fin en sí mismo, otorgándole la razón y la libertad para relacionarse con Él y en Él alcanzar la plenitud, puede fundamentar la radical dignidad que debe reconocerse al ser humano. Sólo en la filosofía del absoluto la idea de dignidad humana encuentra su fundamentación teórica; porque la dignidad se reconoce no se construye mediante declaraciones y consensos. Y se reconoce en Cristo, que es la medida del humanismo, Quien muestra al hombre quién es el hombre.

Sólo hay un humanismo señores del Partido Popular. Eso sí, existe una realidad al margen del humanismo: la deshumanización.

Bibliografía:

Leonardo Polo, El orden predicamental

Juan Pablo II, Fides et ratio

F. Nietzche, Anticristo

A. Camus, El hombre rebelde

J. Ortega y Gasset, El tema de nuestro tiempo

R. Spaemann, Lo natural y lo racional

comentarios
  1. Pilar Nieto dice:

    Simplemente, que se les está cayendo la careta. Ya era hora, espero se enteren aquellos votantes del PP que se denominan católicos que están votando a un partido que no tiene remordimientos en hacer políticas contrarias al humanismo cristiano, como el aborto.

  2. Saludos Pilar. El Partido Popular necesita una reflexión por simple decencia moral. Colgar el término ‘humanismo cristiano’ en los supuestos valores que inspiran el partido implica obrar en coherencia con ello. Gracias por comentar.

  3. «El show del PP»… Si fuese una obra de teatro, pagaría por verla. Lo grave es que es la realidad.

    (Por mirar el lado bueno, al menos puedo ver la obra sin pagar.)

  4. oscar_garrido@hotmail.com dice:

    Pues sencillamente le ocurre todo aquello que acontece en quienes dicen que es una cosa y vive otra: relativismo.

  5. […] en concreto de la Delegación del Gobierno de Madrid, al frente de la cual se encuentra la señora Cristina […]

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