Valores morales: relativismo y Dios

Publicado: 29 octubre, 2010 en Ética y Moral

Lo peor que nos puede ocurrir como sociedad es avanzar en derechos y libertades sin saber bien el por qué. Si no existe ninguna norma ética trascendente que fundamente las acciones humanas, que están siempre sujetas a la moral, mañana podremos derogar una ley, la del aborto por ejemplo, pero pasado volver a instituirla. Si la ética no se rige por un principio absoluto la cultura, de facto, se convierte en la regla que dictamina el bien y el mal. Así, nos encontramos con que las personas que reprueban la despenalización del aborto o la legalización de las uniones homosexuales son acusadas, cuando no condenadas, por ir en contra de lo que determinado grupo cultural considera que es correcto.

 

En consecuencia, el bien y el mal no existen como principios, o para ser más precisos, no son considerados como tales. La única norma última existente es lo que juzga la cultura en relación a sus costumbres. Por tanto, si las costumbres cambian, como ocurre, las normas éticas también cambian. Así, lo que hoy se juzga como correcto, mañana puede que no. Además, en el mundo existen distintas culturas con sus correspondientes normas éticas, por lo que es imposible hablar de principios universales; al menos, desde este punto de vista del relativismo cultural que considera que es la cultura la que considera qué es correcto.

 

Los valores morales, pues, son producto de la cultura y de las costumbres. Lo mismo ocurre con lo que nuestra conciencia juzga como bueno o malo. En consecuencia, esta concepción de la norma ética nos salva de valorar moralmente otras culturas. ¿Pero si condenamos, desde la cultura occidental, acciones propias de otras culturas, el etnocentrismo en el que caemos no abre las puertas al asentamiento de un principio moral, aunque sea la consideración de la existencia de una cultura superior al resto? La experiencia misma nos demuestra que lo que consideramos éticamente correcto no está tan fundamentado en la cultura como quiere hacernos creer el relativismo cultural. Existen distintas culturas con sus respectivas costumbres, sin embargo hay cosas en las que todos los humanos estamos de acuerdo en juzgar como malas – el racismo, la esclavitud, la tortura, etc. –. Así, el relativismo no es tal: existe un sistema de valores éticos.

 

Si existe un sistema de valores éticos, es indudable que existe un fundamento de estos, que por serlo no evoluciona ni cambia, sino que se mantiene constante e invariable, es decir, es absoluto. Es más, la historia misma demuestra que la norma ética no es cultural en cuanto que las distintas reformas sociales obradas en el seno de la historia siempre fueron en contra de las costumbres culturales de su época. ¿Cuál es entonces la auténtica regla para juzgar el bien y el mal? La cultura ya hemos visto que no, por tanto, sólo Dios puede ser la base y fundamento, principio y fin de los valores morales.       

comentarios
  1. Anabel dice:

    Hola Joan. Comporto contigo este escrito.

  2. Victor dice:

    Hola, interesante escrito. El relativismo ata en la esclavitud al hombre.

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