Reflexión sobre el origen del mundo

Publicado: 15 julio, 2010 en Ciencia, Filosofía

“Al principio creó Dios el cielo y la tierra” (Gn 1,1). El libro del Génesis no es un tratado científico y nadie puede tomarlo por tal. Sin embargo, el mensaje que en él se halla revelado muestra un testimonio: Dios creó el mundo, eso que los griegos denominaban cosmos. El momento de la explosión primitiva con la que se dio comienzo a todo, según el trabajo académico y riguroso de innumerables investigadores de renombre, coincide con el momento en que Dios crea el universo de la nada. El físico Edwin P. Hubble descubre en 1929 que el universo se encuentra en continua expansión basándose en los corrimientos de las rayas espectrales de las galaxias hacia el rojo (The Realm of the Nebulae, 1936). Las distintas galaxias existentes se alejan de la nuestra a una velocidad proporcional a la distancia que nos separa y, sin duda, esto no puede ser desde un tiempo infinito. Conclusión: el universo ha tenido un comienzo.

 

En ese comienzo del cosmos toda la materia se hallaba comprimida. Tras una explosión cósmica, a una temperatura de unos cien mil millones de grados Celsius y una densidad cuatro mil millones de veces superior a la del agua, comenzó ahora hace trece mil millones de años la expansión uniforme e isótropa del universo. Aún no se ha precisado si continuará siempre la expansión del universo o llegará el momento en que se detenga y se transforme en contracción. En Al principio existía el hidrógeno, Hoimar von Ditfurth pone el dedo en las dos grandes llagas de la cuestión: la soberbia teológica y la soberbia cientificista. Por un lado reprocha a los teólogos ese abuso que se hace de Dios para especificar lo que aún es inexplicable: “Si existe el Dios creador del mundo del que hablan las religiones, su existencia no puede verse afectada por el problema del estado a que casualmente ha llegado hoy en la tierra la biología molecular”. Por otro lado, también amonesta a aquellos científicos que incurren en el mismo defecto pero con signo opuesto: “creían que con cada progreso que hacían y cada descubrimiento que lograban disminuía la verosimilitud de que pueda existir un Dios, una realidad trascendente oculta tras la fachada de la apariencia visible. Sin duda, “el científico que sostiene un punto de vista ateo, hace uso de un derecho legítimo e indiscutible. Nadie tiene a mano algo que permita refutarlo. Pero cuando el hombre cree poder corroborar su convicción con sus conocimientos científicos, es víctima – aunque posea el premio Nobel –  de la falta de lógica”. Esta es una neurosis profesional de quienes se creen obligados a meterse en la cabeza que en la realidad no hay campos distintos de la esfera de las cosas susceptibles de ser medidas y pesadas.

 

Es innegable que la Escritura no contiene información científica sobre el origen del universo, pero es falso afirmar que no ofrece un testimonio, un testimonio que, por el contrario, no entra para nada en conflicto con la ciencia. Como diría Wittgenstein, hay que entender el juego lingüístico que emplea la Biblia; su lenguaje no es de hechos, como el de la ciencia empírica, sino figurado y metafórico: la Sagrada Escritura no establece hechos científicos, más bien los interpreta. Respecto a la pregunta cuál fue el origen del cosmos ésta no recibe respuesta alguna de los libros y manuales de física. Ninguna teoría nos dice qué significa este mundo en el que estamos o de dónde venimos. La Biblia, en cambio, nos dice que la totalidad del universo procede de Dios creador. Este testimonio revelado se aproxima a esa impresión que inunda el alma humana tras observar el firmamento. Sin duda, cabe que alguien diga, cual filósofo de la sospecha, que esto se debe a una ilusión, que Dios no es más que una proyección humana, fruto del miedo ante la sensación de soledad en el universo. Pero, ¿hay conocimiento sin proyección? También los que sostienen la idea de la nada realizan una proyección de ésta. Pero la proyección de Dios creador no es una mera proyección, sino que ésta responde a una realidad. Sin duda, creer en Dios creador no significa imaginarse a Dios cual imagen esbozada en la bóveda de la Capilla Sixtina, sino afirmar con ilustrada confianza que tanto el mundo como el hombre no quedan sin explicación, desatendidos en la inmensa soledad del universo. Al contrario, el hombre y el universo gozan de un sentido pleno y un valor. Por eso llamamos a la realidad cosmos y no caos, porque todo tiene como fundamento último y primero a Dios.

comentarios
  1. Saludos!

    De más está decir q creer en Dios es tener la esperanza de q el universo carezca de sentido, aunque -claro- la mayor cantidad de religiosos no saben q realmente es a eso a lo q apunta, y leen la Biblia como si fuera un cuento de niños, cuando no es sino una obra de arte, ideológica y filosófica. Como muchas otras pero no es un cuento de niños.

    Lo q agradezco es q se haya inventado la palabra «creer» porque muchos religiosos (conozco algunos) con su fe, creen «evidenciar» la existencia de Dios y se engañan. Pues claro está q hoy nada comprueba el origen divino y «creer» no significa la forma de comprobar algo. Díchose de paso, sabemos de sobra q en términos filosóficos, el conocimiento se logra a partir de la experiencia (sentidos), y q yo sepa la fe no es ningún sentido, así q no procuremos entender q Dios existe a través de la fe. Y si de lógica se trata, es más lógico que NO haya un origen divino a q sí lo haya.

    «Las distintas galaxias existentes se alejan de la nuestra a una velocidad proporcional a la distancia que nos separa y, sin duda esto no puede ser desde un tiempo infinito.»
    ¿Porqué «sin duda»? No entiendo. Hay q tener cierto cuidado. Einstein nunca se apresuró a afirmar algo semejante. Y yo estoy casi seguro de q nunca podremos saberlo.

  2. educantabro dice:

    Independientemente de ser creyente o no, es una pena el enorme esfuerzo científico empleado por algunos en desacreditar la teoría del Big Bang, no por un desinteresado avance de la ciencia hacia teorías mejores y mas fundadas, sino por evitar a toda costa esta teoría, que puede indicar, de algun modo, una posible existencia de un dios creado,r y porque su impulsor fue un sacerdote católico – Georges Lemaître- cuya condición para algunas mentes «tolerante y progresistas» es diametralmente incompatible a la ciencia misma.

  3. Bueno, ese es otro ejemplo de lo que decía. No porque la Biblia exprese que Dios creó el cielo y la Tierra significa que Dios creó el cielo y la Tierra, pues bien pudo haber creado el Big Bang antes y aún así la idea no perdería sentido.
    Lo mismo con la historia de Adán y Eva, tan cuestionada entonces por la teoría darwiniana.
    Es increíble que los mismísimos católicos no entiendan el mensaje del libro en el cual su religión se basa. Mejor dicho, que no entiendan que ese mensaje va más allá de lo narrativo, concreto y connotativo de la obra.

  4. xdsl2000 dice:

    Estimado Martín, deduzco de tu mensaje una enorme confusión acerca de lo que crees y en que lo basas, por ejemplo:

    » De más está decir q creer en Dios es tener la esperanza de q el universo carezca de sentido, aunque -claro- la mayor cantidad de religiosos no saben q realmente es a eso a lo q apunta, y leen la Biblia como si fuera un cuento de niños, cuando no es sino una obra de arte, ideológica y filosófica. Como muchas otras pero no es un cuento de niños. »
    No es más que una apreciación suya, respetable por ello pero tremendamente subjetiva dado la gran cantidad de suposiciones que implica.

    El segundo párrafo va en el mismo sentido, si bien que la fe sea un sentido y la lógica del origen divino daría para una larga larcha.

    Respecto del tercero, resulta paradójico afirmar que se lee ( y se entiende ) a Einstein y no se entiende la afirmación, quizá habría que empezar entendiendo lo básico en profundidad antes de leer en condiciones a Einstein o simplemente buscar blogs.

    En cuanto a comentar, ídem up supra.

  5. xdsl2000, sobre lo primero que me corriges primero debo advertir un error de tipeo cuando escribí «creer en Dios es tener la esperanza de q el universo carezca de sentido». Quise escribir «creer en Dios es tener la esperanza de q el universo NO carezca de sentido».
    Por otro lado, Einstein no era católico pero esa es -en parte- la definición que él tiene de «religión». Aún así, es quizá cierto que fui muy subjetivo pero en sí nada con respecto a la Biblia es concreto, ¿o si?

    Sobre la larga charla, me gustaría entonces llevarla a cabo. O bien, hagan post sobre ello.

    Sobre la afirmación, me expresé mal, disculpas. Quise escribir esto: «“Las distintas galaxias existentes se alejan de la nuestra a una velocidad proporcional a la distancia que nos separa y, sin duda esto no puede ser desde un tiempo infinito.” ¿Porqué “sin duda”? No entiendo. Por OTRA parte, hay q tener cierto cuidado en afirmar que realmente hubo un origen del universo. Einstein nunca se apresuró a afirmarlo. Y yo estoy casi seguro de q nunca podremos saberlo.»

    Quizá ahí ya puedas decirme otra cosa 😀

  6. xdsl2000 dice:

    Ya que veo que me das la razón, no creo que haga falta comentar nada más, quizá remarcar el hecho de que la temática del blog está muy clara, y es obvio que va dirigida a un tipo de público que ya tiene ciertas cosas claras, y no le interesa debatirlas porque no tiene sentido, aquí se parte de una base más o menos común y desde ella se intenta o no llegar a algo, no procede ponerse a hurgar en las bases ni creo que sea éste el foro adecuado.
    Por otra parte, si de debatir se trata, estaré encantado de hacerlo, pero en tu blog, aquí no me parece correcto dado que no viene al caso.
    Saludos

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