Cuando Marx analiza el término ideología emplea la metáfora de la inversión de la imagen en un cuarto oscuro. La ideología, en este sentido, sería la producción de una imagen invertida de la realidad. Esta idea no es nueva, sino que la toma prestada de Feuerbach cuando este analiza qué es la religión. Para Marx hay una vida real de los hombres, que llama praxis, y otra, posterior, que es un reflejo de esa vida a la que llama ideología. Así, la ideología es el procedimiento mediante el cual la vida real se falsifica mediante la representación imaginaria que los hombres se han hecho de ella. No obstante, en Marx la ideología pronto pasa de ser una falsificadora a una justificadora de la realidad cuando afirma que las ideas de la clase dominante se convierten en ideas dominantes cuando se hacen pasar por ideas universales.
Marx acierta, en este sentido, cuando afirma que la tentativa de justificación que acompaña el fenómeno mismo de la dominación es mucho más terrorífica que la lucha de clases. Toda dominación busca justificarse y para alcanzar la universalidad lo hace mediante la retórica. Platón es el primero que observa que no existe tiranía sin retórica es decir, sin la ayuda de un sofista. La fuerza bruta no triunfa sin un discurso previo que legitime la autoridad que la inflige. En Economía y sociedad Weber muestra que toda sociedad alcanza, en algún momento, el estadio en el que se produce una distinción radical entre gobernantes y gobernados y que esta distinción es producto, forzosamente, de la persuasión. No ha existido nunca ningún sistema de control que antes no haya legitimado su reivindicación a la autoridad, incluso la democracia. En Educación y política Paul Ricoeur afirma que donde hay poder hay una reivindicación de legitimidad. Y donde hay reivindicación de legitimidad, se recurre, sí o sí, a la retórica con el objetivo de persuadir a los subordinados.
Existen sistemas de autoridad, pero no el fenómeno de la autoridad en sí, pues de existir no necesitaría legitimarse. Una vez legitimado la función de la ideología es integrar el grupo social. Toda sociedad va acompañada de acontecimientos inaugurales que son el origen de la comunidad. Pensemos, por ejemplo, en la Declaración de la independencia de los EEUU. Al conmemorar tal acontecimiento los estadounidenses mantienen una relación con sus propias raíces en el acontecimiento fundador. La ideología difunde la convicción de que este acontecimiento fundacional es constitutivo de la memoria social y de la identidad misma de los Estados Unidos de América. Del mismo modo que la identidad personal es narrativa, la identidad social también lo es, de este modo cada hombre y cada sociedad se identifica con la historia que puede relatar sobre sí, con la diferencia que la historia de las respectivas comunidades sociales añade la ideología, que sirve de enlace para la memoria colectiva, con el propósito de que el acontecimiento fundacional se convierta en objeto de la creencia de toda la sociedad, en nuestro ejemplo, los estadounidenses.
Es muy difícil que se mantenga el fervor de los inicios respecto del acontecimiento fundacional. No puede existir la misma pasión respecto del origen en los primeros estadounidenses que en los actuales. Por ello, la ideología degenera paulatinamente para mantener la legitimación y la integración y se transforma en una cosmovisión para interpretar los acontecimientos del mundo. La ideología es una lacra pues termina por contaminar a la ética, a la moral, a la razón, a la ciencia y a la religión. La ideología no es la realidad misma, sino una visión deformada de esta que intenta legitimarse mediante la mentira, mediante la retórica del sofista.
[…] la sociedad un mundo mejor. Una sociedad que no apuesta por la verdad, que sucumbe al poder de la ideología – que ya analicé en una entrada de Opus Prima –, se convierte en una realidad impracticable, […]
[…] por meta la creación de una sociedad nueva surgida de los escombros del cristianismo, tiene en la ideología una especie de fuerza redentora que liberará a la humanidad de su esclavitud. En su utópico […]
[…] chamba de la homosexualidad es que goza del beneplácito de determinada ideología, socialista y parasitaria, y cuando eso ocurre se puede falsificar y justificar cualquier cosa, […]
[…] eso es una mera opinión. Las argumentaciones son víctimas de la retórica y ésta esclava de la ideología. No cabe preguntarse por la realidad última, Dios, porque se ha producido una inversión de la […]
[…] ideologías son interpretaciones sobre el mundo y la humanidad como lo es la religión. Cuando se habla de un […]
[…] de la ciudad en reconocimiento a su trayectoria política. Uno de los dramas del siglo XX, el comunismo, de la que el distinguido era bandera y efigie cuando dirigía el orden público en la Madrid de […]
[…] son subjetivas y extremas, pero no menos que la suya – ver un análisis sobre el concepto de ideología –. Pero el señor Rodríguez aún nos regala más perlas y nos muestra su profesionalidad y […]
[…] puede ser producto de una hemiplejía moral causada, irónicamente, por el influjo de la citada ideología. Detrás de la ideología, que es una representación falsa, imaginaria, de la realidad encontramos […]
[…] cuando su critica a la religión se construye desde una óptica eminentemente ideológica y cuando, irónicamente, sostiene que la primera es un reflejo fantástico invertido (Karl Marx, “Ateísmo”, en ‘Gran […]
[…] que “todos los hombres desean por naturaleza saber”; para no vivir en la mentira ni en la ideología, que es una gran mentira convertida en patrón de vida. Es, por tanto, de capital importancia, […]