Los distintos sentidos de la verdad

Publicado: 23 enero, 2009 en Gnoseología, Metafísica

En su día hablamos de qué es la verdad y convenimos que el ente es su fundamento porque el conocimiento, al que llamamos verdadero, manifiesta el ser de las cosas – aunque algunas mentes de brillante lucidez sostengan que las cosas son según su adecuación al entendimiento –. Verdadero es lo que es – verum est id quod est –, es decir, el ente es verdadero en cuanto que causa la verdad. La verdad, dijimos, es la adecuación del intelecto y la cosa: en el que el ser rige al entendimiento y no al revés, pues es el entendimiento quien se conforma a la realidad de las cosas. Así, la verdad se dice en tres sentidos fundamentales: como conformidad del entendimiento con la cosa; como conocimiento verdadero, y como verdad de las cosas.

 

 

El primer sentido considera la verdad en sí misma. El segundo atiende a lo que esta adecuación – de la cosa y el entendimiento – causa – un conocimiento que no fuera efecto de la verdad no sería conocimiento –. Y el tercer sentido se refiere a la causa de la adecuación. Observamos, por tanto, que si bien el ser – ente – rige al entendimiento, las cosas se dicen verdaderas sólo con relación al entendimiento. Ciertamente esta tesis resultará sorprendente, en especial a los menos versados en metafísica y en gnoseología, pero Santo Tomás de Aquino no cae para nada en el terreno de los escépticos o de los relativistas, sino todo lo contrario – nunca dos proposiciones contrarias podrán ser verdaderas -. El Aquinate manifiesta que el ser constituye el fundamento de la verdad y que ésta se encuentra de un modo más principal en el entendimiento que en las cosas. Ciertamente para no caer en la falta de rigurosidad académica es preciso remarcar el sentido análogo de la verdad: lo entes causan la verdad – no el entendimiento –, pero donde primeramente se halla la razón formal de la verdad es en el entendimiento. Es preciso remarcar, también, que el último “paso” de la facultad cognoscitiva, como bien señala Tomas de Aquino (De veritate), termina en la mente; ya que, al conocer, lo conocido en cuanto tal se encuentra en el cognoscente: lo verdadero, aunque causa por el ente, se ordena al entendimiento. Así, concluimos que a nivel causal la verdad se encuentra en las cosas y que formalmente – en sí misma – se encuentra en la mente.  

comentarios
  1. Cabe también pensar que el ser no es monolítico.

    No es lo mismo el ser personal que el ser del universo.

    La verdad como desvelamiento del ser personal no es lo mismo que la verdad de los entes materiales.

  2. Sonrisas dice:

    Una pequeña critica amistosa, Opusprima: Me parece que te estas distanciando un poco del lenguaje llano y estas apoyandote demasiado en tecnicismos y filosofia de, como diria mi hermano, «Palabras raras». Estoy seguro de que puedes encontrar una forma de expresar lo que expresas de un modo mucho mas asequible a la media sin perder un solo punto de razon.

    Un saludo
    Sonrisas

  3. opusprima dice:

    Aceptada la crítica Sonrisas.

  4. gloria yaneth lopez dice:

    Me parece muy buen criterio.

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